Explorando la Inteligencia Artificial: El qué, cómo, para qué, cuándo y por qué.

En esta ocasión vamos a hablar de un tema que me gusta mucho y me genera mucho interés. Estamos ante un bombardeo de noticias que hablan de la IA y sus múltiples aplicaciones. Pero, ¿Qué hay de cierto en todo esto? Vamos a ir intentando definir y aclarar las múltiples dudas que a todos nos preocupan…aunque es un pequeño resumen que seguro merecerá adentrarse más a fondo.

¿Qué es? Aunque realmente no es un concepto nuevo, su definición aún no está del todo aceptada y existen varias opciones que intentan dar respuesta a esta pregunta. La inteligencia artificial es un término complicado de definir en sí mismo, pero vamos a quedarnos con aquella que más nos convenza.

De acuerdo con la Comisión Europea, se trata de sistemas de software y hardware, diseñados por humanos que, ante un objetivo complejo, actúan en la dimensión física o digital de dos formas:

  • Percibiendo su entorno, a través de la adquisición e interpretación de datos estructurados o no estructurados.
  • Razonando sobre el conocimiento, procesando la información derivada de estos datos y decidiendo las mejores acciones para lograr el objetivo dado.

Es decir, es un campo de la informática que trata de digitalizar tareas que normalmente las desempeña una inteligencia humana. Pero realmente la inteligencia artificial ya lleva mucho tiempo en nuestras vidas, a través de dispositivos o herramientas que empleamos todos los días: el reconocimiento de voz a través de dispositivos como Alexa, el smartphone, la conducción autónoma, la utilización de la robótica en las viviendas, las redes sociales y su algoritmo, drones, entre otros.

¿Como? La IA utiliza algoritmos y modelos matemáticos, que le permite procesar una cantidad infinita de datos, aprende y mimetiza al ser humano. De esta forma, la IA puede mejorar su precisión y eficiencia con el paso del tiempo.

La IA permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, aprendan y puedan resolver problema. Puede procesar una gran cantidad de datos, de los que aprende y a con el paso del tiempo nos da unas soluciones cada vez más elaboradas. Además, la IA puede adaptar su comportamiento y sus respuestas en función de su entorno, sin perder el contexto.

¿Para qué sirve? La aplicación de la inteligencia artificial es prácticamente universal, es decir, se puede usar para múltiples campos y, a medida que vaya evolucionando, sus aplicaciones se extenderán todavía más.

Hoy en día podemos hablar de sanidad y atención médica, diferentes vehículos y tecnología, productos, servicios, procesos, ventas, marketing, etc.

Según el Parlamento Europeo, se estima un incremento en la productividad laboral entre el 11-37%, para el año 2035.

¿Cuándo? Esta pregunta es un poco complicada de responder, ya que como hemos visto, la inteligencia artificial lleva mucho tiempo en el mercado, aunque ha sido en los últimos años cuando ha tenido más eco, debido a las diferentes herramientas y sistemas que se han desarrollado (Chat GPT ha generado mucho interés entre la población, por la gran cantidad de información que puede procesar y la rapidez y efectividad de sus respuestas. Si no lo has probado, te invito a hacerlo, te vas a quedar muy sorprendido del gran potencial que tiene esta herramienta.)

Respecto al verdadero origen de la inteligencia artificial existen varias teorías, os voy a dejar algunas de ellas:

  • Alan Turing, que en 1936 publicó un artículo, donde hablaba de los “Números calculables” y establecía las bases de la informática teórica y el concepto de Máquina de Turing.
  • En el 1956, John McCarthy, Marvin Minsky y Claude Shannon, describieron el concepto de la Inteligencia Artificial por primera vez durante la Conferencia de Darthmounth. Decía así: “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cálculo inteligentes”.
  • Posteriormente, IBM desarrolló un modelo de ordenador, el Deep Blue, en el año 1997, que supuso un avance tecnológico sin precedente. Como dato curioso, este ordenador logró ganar al campeón del mundo en ese momento del ajedrez, Gari Kaspárov.
  • En el 2011 se empiezan a lanzar diferentes aplicaciones móviles que incluyen asistentes virtuales.
  • A partir del 2020 se empieza a usar el denominado sistema “Low Code”, que permite que los usuarios podamos disfrutar de la IA en acciones y tareas cotidianas.

¿Por qué? Como hemos visto, la inteligencia artificial es una realidad que está en plena evolución y ha venido para quedarse. Pero ¿Por qué la debemos empezar a utilizar?, ¿Cuáles son algunos de sus efectos positios inmediatos?

  1. Incremento de la creatividad, al conseguir automatizar tareas repetitivas, consideradas como ladrones de tiempo.
  2. Análisis de datos de forma ágil, permitiendo una toma de decisiones mucho más efectiva
  3. Reducción de posibles errores y resultados más precisos
  4. Incremento de la productividad
  5. Mejora de los procesos
  6. Elimina las posibles barreras de ubicación y distancia
  7. Tiene aplicación en diferentes sectores

En definitiva, tenemos que entender la evolución en la IA como una mejora, que permitirá un incremento en la productividad, la eficacia y eficiencia y en la rapidez. Aunque exista el temor de la sociedad ante la posibilidad de que la inteligencia artificial destruya o desplace ciertos trabajos, profesiones o procesos actuales…es una cosa inevitable, pero también es cierto que se crearán otro tipo de empleos y se buscará una situación de equilibrio, igual que ha ocurrido en otras ocasiones en la historia.

Recordando una frase de las últimas charlas a las que he asistido, «No nos va a quitar el puesto de trabajo la IA, pero si lo puede hacer, con el tiempo, una persona que tenga el conocimiento necesario para poder utilizar esta tecnología.»

Desde luego no hay que perder la cabeza con querer estar a la moda y empezar a utilizar la IA porque sí. Primero hay que realizar un análisis interno y establecer si tenemos algún problema que podemos solucionar con algunas de las múltiples herramientas de inteligencia artificial que actualmente existen en el mercado. Si la respuesta es que SÍ, entonces tenemos un mundo de posibilidades a nuestro alcance y hay que escoger la solución que mejor nos encaje. Por tanto, hay que responderse a las preguntas de QUÉ y posteriormente CÓMO.

Artículos relacionados